Con una superficie de más de 300km2, la desembocadura del río Ebro es el habitat acuático más extenso de Cataluña. Un parque natural de grandes contrastes: playas salvajes, lagunas y dunas, explotaciones agrícolas..., y una diversidad de flora y fauna, que atrae especialmente los observadores de aves.
Un paraje para visitar a pie, en coche, en bicicleta o navegando.